jueves, 2 de diciembre de 2010

Basquet/lo que se debe sentir

EL BASQUETBALL

Me enseñó a creer 
más que nunca en ustedes, 
me enseñó a festejar 
cuando cortamos esas redes... 

El básquet me enseñó a ayudar 
al amigo que se lesiona. 
Me enseñó a valorar 
cada tiro en una zona. 
Me enseñó a tirarme 
por esa pelota perdida. 
Me enseñó a levantarme 
tras esa lesión seguida... 

El básquet me enseñó la sensación 
de aquella volcada, 
a pasar el balón 
y levantar la mirada. 

Me enseñó a dedicar 
aquel triple limpio. 
Me enseñó a encarar 
y respetar mis instintos... 

El básquet me dio amigos, 
me regaló un mundo. 
Me formó un camino, 
me hizo valorar cada segundo (dentro y fuera de la cancha). 

Me enseñó el aguante 
de los amigos en las malas 
y me dio las felicitaciones 
por los huevos y las ganas... 

El básquet me enseñó a perder 
y a tener revancha. 
Me enseñó que todo se puede, 
aunque queden 7 milésimas en cancha. 

Me enseñó a cuidar 
la pelota como a una mina. 
Me enseñó a confiar 
y ver cómo la amistad y el coraje se combinan. 
Me enseñó a saltar 
más allá del tablero. 
Me hizo pensar 
y a luchar por lo que quiero... 

El básquet me enseñó que en la cancha 
nadie se suplanta, todos se complementan. 
Me enseñó que vale el esfuerzo 
y los presentes se ausentan... 

El básquet me enseñó a dormir 
en el banco por un tiro mal. 
Y me dio las fuerzas para ganar sobre el final... 
El básquet me enseñó a valorar 
cada vez que entro. 
Y a sufrir más que ellos 
si en un partido me ausento. 

Me enseñó a entregar 
todo en un partido 
con la mente helada 
y el corazón encendido. 

Me enseñó a sacrificarme 
a darle confianza a los demás. 
Me enseñó a agradecer 
cada asistencia que me dan... 

El básquet me enseñó la satisfacción 
de sangrar la camiseta. 
A matarme en defensa 
y soñar en una pirueta. 
Me enseñó a quererlo 
porque es parte de mí. 

Yo vivo el básquet 
porque el básquet me enseñó a vivir...

 








Ganar no lo es todo, pero sí esforzarse para ganar